miércoles, 19 de noviembre de 2014

Mi chica de la flor amarilla... Fin

Recordáis...

Ojeando su diario la vi…
Una foto antigua, amarillenta, estropeada, casi rota que contenía la imagen de una joven preciosa, con un gorro de lana y una flor amarilla entre sus dientes... era Beatrice…


Después de leer muchas páginas del diario de mi abuelo pude entender quién era aquella mujer que aparecía con tanto protagonismo a lo largo de su vida. 
 

Una bocanada de aire fresco de primavera que le cautivó para siempre y a quién nunca pudo olvidar.

La mujer con la que soñó durante tanto tiempo y siguió, paseando por su vida desde la distancia y la lejanía de un banco en el bulevar Sant - Michel hasta cualquier rincón del mundo donde ella luchó contra sus molinos de viento, ayudando a quienes se lo pidieron y alejada de él.

Por las fotos que guardó pude adivinar que Beatrice también amó y como mi abuelo, formaron su familia junto a otras personas importantes en sus vidas y que les dieron unos hijos maravillosos.



 Salta a la vista, a través de las imágenes y la lectura de su diario, que él la amo profundamente y que aunque siguieron vidas separadas nunca la olvido incluso, en alguna de estas páginas viejas del diario pude descubrir que, después de conocerse en aquella librería, años después, existió un encuentro real aquí, en la Suiza regada por el Rin donde hoy me encuentro, no se porqué, después de 10 años de su muerte, a celebrar no se muy bien qué, haciendo caso a un manuscrito viejo y arrugado donde me cuenta una parte de su vida y donde incluye una foto de su amada y una cita aquí, tantos años después, quizás con la esperanza de reunirse con ella.
 

En este pequeño hotel, hoy y a esta misma hora, ella deberá aparecer, en este rincon donde poder tomar una copa a oscuras y escuchando la música silenciosa del piano.

Música en directo de un viejo pianista en una sala con poca gente, tomando alguna copa y charlando entre ellos entretenidamente, será el escenario donde deberá aparecer Beatrice muchos años después y yo, en lugar de mi abuelo, estaré aquí para recibirla!!!.

Las horas pasan y nada nuevo, excepto que prácticamente estoy solo. Quedamos cuatro gatos en el local, la chica que hay junto al pianista y que le observa entretenidamente, el camarero que charla con el cliente del mostrador y yo. Quizás ha llegado el momento de irme, tal vez esta cita extraña concertada en un diario antiguo solo sea una propuesta o un deseo!!! me he dejado llevar por la ilusión que mi abuelo reflejó en su diario antiguo y estropeado...
 
UNOS SEGUNDOS DESPUES LA SORPRESA LE INVADIÓ, JUSTO CUANDO SE MARCHABA OBSERVÓ A LA JOVEN QUE TOMABA SU COPA JUNTO AL PIANO... SU PELO, ADORNADO CON LA SEÑAL, ADORNADO CON LA FLOR AMARILLA, TAL Y COMO SE DESCRIBÍA EN EL DIARIO.

La jóven lleva la señal que mi abuelo había descrito, la chica con la flor amarilla en el pelo estaba allí...
 

Mirándole a la cara no me cuesta nada saber que ella debería ser Beatrice... aunque los años transcurridos no se corresponde con la belleza sutil y natural de la joven.

En seguido me acerqué y hablamos, descubrimos que nuestros abuelos fueron protagonistas de una extraordinaria y maravillosa, aunque en la distancia, historia de amor platónico. A través de la lectura de ambos diarios se descubre la magnífica relación de amistad, de sufrimiento pero también de orgullo, de complicidad y como no, de amor diferente y verdadero.

Nunca sabremos si entre aquel primer encuentro en la pequeña librería, en el bulevar Sant-Michel en el que "una bocanada de aire fresco de primavera" invadió la vida de mi abuelo... y el posterior en Suiza, en este mismo hotel donde hoy me encuentro, hubo alguno más..., tampoco importa  mucho realmente.

Después de aquella noche, entre copas, risas y recordatorios compartidos con Amélie, donde cerramos una etapa, una historia en la distancia, la de nuestros abuelos, confieso que me gustará, a pesar de nuestras diferencias, seguir  compartiendo momentos con ella... pero, eso será posiblemente una nueva historia.


                      FOTOS DE UNA VIDA

 

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