jueves, 22 de enero de 2015

El escaparate...

Una chica bonita tras un escaparate... una fiesta interesante y unos bolsos de colores podría ser la combinación perfecta para una historia diferente, vivida, en una mañana tranquila mientras paseo por una calle de Milán...

La arpillera para la confección de prendas de vestir es un tejido con una textura fina diferente a la franela o la sagra y, por eso, es bastante apreciada en los trajes masculinos de primavera y verano y especialmente diferente para complementos femeninos como son los bolsos y el calzado selectivo.

Caminaba yo por la calle de Corso Vittorio Emanuele, junto a Plazza San Babila... 
No tenía prisa sólo caminaba mirando tiendas de moda y disfrutaba de un estupendo comienzo de un día cualquiera. 
Me gusta mucho madrugar, hacer un desayuna ligero e ir a pasear por las calles de esta ciudad, Milán es preciosa en los primeros días de Junio... cuando aún permanece el olor a Mayo que desprenden todas las plantas y flores con que los milaneses adornan sus casas y establecimientos... 

A este hora las calles aún están húmedas recién regadas y limpias!! super espectaculármente limpias...

Disfrutaba de mi paseo casi en solitario y al llegar al gran escaparate, luminoso, elegante, divertido, del famoso Centro Comercial "Rinascente" quedé sorprendido, me pareció una increíble visión, una ingenua estampa y quedé perplejo, abstraído... 

Ante mí, una preciosa chica rubia que dormía dulcemente, espectacularmente angelical... mirándola fijamente me embargó una agradable sensación de paz, de confort, de tranquilidad a la vez que curiosidad, mucha curiosidad por saber que hacía la chica entre aquellos bolsos de arpillera "última moda exclusivos de Giorgio Armani para la temporada primavera/verano en estas galerías".

Me crucé de brazos y observé y esperé, quizás fuera un escaparate organizado, uno de estos que pretenden llamar la atención al público con situaciones aparentemente improvisadas pero sin embargo estudiadas al máximo hasta el último detalle... 

Algunas otras personas que ya iban viendo por la calle, cuando llegaban a mi posición y miraban al escaparate, frenaban su marcha y, como yo, quedaban anclados y absortos en la observación.... 

Así pasamos bastantes minutos, ya arremolinados, quizás alguna hora, hasta que finalmente el sol comenzó a calentar el cristal y por fin Cruz abrió los ojos... 




En un primer momento ella parecía no entender muy bien ni donde estaba, ni como había llegado allí, ni porque aquél público se arremolinaba delante de ella para verla, pronto, se hizo cargo de la situación y sin mediar palabra vimos como, en un gesto de inocente timidez, pero valiente, se emvolvió entre los bolsos de colores de arpillera creado por Giorgio y tomando  un gesto propio de una modelo, posó naturalmente para todos los que allí nos habíamos reunido y creando sin intensión aparente una bonita imagen para un escaparate absolutamente irrepetible...

Más tarde supe que la venta de "Los bolsos de arpillera de de la chica del escaparate" se vendieron en su totalidad pero... nunca, a pesar de haberme interesado en diferentes ocasiones, nunca he podido averiguar que llevó a Cruz aquella madrugada a descansar cubierta de bolsos de arpillera en aquél escaparate donde, desde entonces, no puedo dejar de mirar buscándola cada vez que me acerco en mis paseos matinales, aunque sin éxito...




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