sábado, 31 de enero de 2015

Esa mirada diferente... (La chica con el pijama de rayas)

Han pasado algunos años por nuestras vidas...


Me gusta el otoño particular de esta preciosa plaza Italiana, me gusta la vida en Verona y sigo soñando cada día con compartirla con ella, con Mar, aquella preciosa chica que se sentaba sobre su cama mientras dirigía su mirada a través de los cristales de su balcón hacia la plaza Brá... aquella joven ilusionada y a poco que la conozcas, ilusionante!!, tremendamente ilusionante!!!

Ha pasado algún año y yo continúo mirándola y esperándola incansablemente mientras observo como ella sigue su ritmo, su marcha, un camino repleto de sus ilusiones y anhelos.

Sentado, como cada tarde de este magnífico otoño en esta Plaza, la espero. 

Cómo cada día llegará cuando la luna muestre su primera luz blanca que ilumina las brillantes hojas ovaladas del Ficus enorme en cuyo pié se encuentra el banco donde sueño como algún día, cogidos de la mano, hablaremos de nosotros.

Mar, trabajadora incansable, inteligente en su comportamiento y sobresaliente en ese "sexto sentido" especial que poca gente tiene, aquel que hace que, no sé muy bien porque, cuando les ves moverse o les oyes, no sé como describirlo, algo extraordinario pasa... te absorben de tal manera que consiguen abstraerte de cualquier otra cosa en el mundo que no sea seguir escuchando y mirando... te van atrayendo hasta atraparte en una telaraña imaginaria y una vez ahí ya no puedes hacer otra cosa que no sea admirarles y  seguirles... para siempre.

Conviviendo con ella, en el día a día del estudio, he asistido a diferentes reuniones donde habla de sus proyectos arquitectónicos, de sus inquietudes y aspiraciones  y después de unos minutos a conseguido convencer a todos.

En pocos años ha pasado a ser el arquitecto de referencia de esta ciudad que en su día fue construida para el romanticismo, como nos muestra la historia escrita de la más famosa tragedia de amor "Romeo y Julieta" que transcurrió en la Verona de 1597 y que yo, a menudo,  recuerdo mientras la espero en este banco de la Plaza Brá.




Aquel día, cuando llegó y paso a mi lado dirigiéndose a casa, volvió su cara hacia mí y por encima de su hombro mi miró y me sonrió...

Dios!!! Dios mío que mirada!!!

En algún momento, en un minúsculo instante volvió su cara hacia mí, doblando el cuello en una pose que ella repite continuamente y en la que sugiere que te está prestando toda la atención... y me sonrió de una forma diferente, distinta.
Fue quizás como en ese instante en que, como cuando la vi el primer día de su llegada, sin conocerla aún, el brillo de sus ojos me atrapó para siempre!!

Pero hoy, cuando la luna se presenta en la plaza y hace brillar las hojas de los arboles caídas, hoy la vi llegar acompañada... y mientras caminaba acompañada pude sentir el final de la tragedia en el que Romeo muere envenenado ante la apariencia de haber perdido a Julieta, su amada, para siempre...

Ya en el portal pude ver la despedida y respiré.

Una rato después, como casi todos los días,  desde mi sillón preferido miro a través de la ventana que da a la plaza y en el edificio de al lado la veo, como la vi el día de su llegada!!, con su pijama de rayas, descansando, mirando la luz de la Luna  y con ese gesto tan suyo “dulce, cristalino e ingenuo…”  y sola, la veo sola y esto hace renacer la esperanza de que un día ella será mi chica...



 http://botonr.blogspot.com.es/2014/09/la-chica-con-el-pijama-de-rayas.html
















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