lunes, 25 de agosto de 2014

Una Sirena en Japón...

El trabajo me lleva de un sitio a otro... de una ciudad a otra de este país e incluso, en los últimos años, de un país a otro y a veces en un periodo tan corto de tiempo que ni puedo deshacer la maleta.
Paso por la vida a toda velocidad. Aviones, trenes, taxis continuamente y mientras viajo, estudio y planifico la siguiente visita para cumplir correctamente con mi empresa.

Soy representante de madera y trabajo para una empresa con una división especifica dedicada a la promoción de artículos de madera "fina" como por ejemplo el bambú y concretando, lo que nos diferencia sobre los demás son nuestras baquetas para la batería musical y ahora, desde hace algunos meses, promociono los mejores Pinyin "son los típicos palillos para la comida que se utilizan en los países orientales"


Cuando llegué a O`Daiba "es una isla artificial construida en la bahía de Tokio" era media tarde y mientras me acomodé en el hotel llegó la noche...
Los cambios horarios no me van bien, así que decidí dar una vuelta y pasear mientras me llegaba el sueño.
Nunca había estado en Japón pero en seguida me di cuenta que aquello era diferente... las numerosas luces del puente Rainbow Bridge, que nos lleva al centro de Tokio atravesando la bahía,  iluminan esa parte del cielo y justo a un  lado surge majestuosamente una réplica de La Estatua Estado Unidense de La Libertad, cuya existencia en esta zona es poco conocida...

Me acerqué al puente y comencé a atravesarlo a pié, caminando. No estaba solo. Mucha genta, como yo,  paseaban a pesar de la hora y, en un lado, un grupo importante se arremolinaba en torno a ella!! al rededor de Mercedes!! una preciosa chica española, con una historia de locura pero ilusionante y especial, solo apta para un grupo reducido de gente sensible, diferente, como es ella...

Ya sé que es imposible, quizás me dejé llevar por el encanto de la ciudad!! o de las luces de mil colores!! del bonito ambiente de la gente joven... parece imposible pero el sonido de la voz de Mercedes, que cantaba acompañada por el arpa del Inglés y la guitarra española de un Japonés, discípulo del maestro de los maestros,  se asemejaba a los cantos embrujados y hechizantes de las míticas sirenas que se describe en la odisea... cantaba para ella, durante un segundo, cantó para mí y para todo el público.

Fue, sin duda, "La Imagen" un instante tridimensional donde se unieron todos los sentidos, fue el  momento perfecto de aquellos días y de los días anteriores a esta visita y será sin duda la imagen más bonita con la que recordaré aquél viaje y a Mercedes. 

Después alguien me contó su historia y de como quedó atrapada en aquél puente, de aquella bahía, cuando un día, mientras paseaba de visita turística, bajo las luces, un par de chicos de otros países, con un arpa y una guitarra, le pidieron que cantara... entonces escuchó su otra voz, la del corazón, esa que sale sin preverlo, sin pedirlo, sin querer, sin esperarlo, esa voz envuelta en una sensibilidad diferente que no todos podemos mostrar...

"Es imposible mejorar aquello que ya parece  terminado"

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