Paris, Mayo de 1988.
La plaza de la Concorde está situada al comienzo de la avenida de los Campos Elíseos, en el VIII Distrito de París. Se trata de la segunda Plaza más grande de Francia pero quizá la más bonita, al menos para mí.
Durante estos días de Mayo, cada fin de semana, cuando mi trabajo en la universidad me lo permite, suelo pasear a horas tempranas entre los arboles de la plaza y fijarme en las sombras que proyectan sobre el suelo, es un ejercicio divertido que consigue distraer mi mente, que me distrae...
Me gusta el colorido espectacular de las flores de la magnolia o de las semillas del árbol de la trompeta, las diferentes tonalidades del verde primavera me encanta...
Más tarde, termino tomando un café y, nada de móviles, leyendo algún periódico francés y otro español. Siempre quiero estar informado con las noticias de París, donde vivo al menos hasta Junio y las de mi añorada España, donde quiero vivir para siempre...
Hacía una mañana preciosa en La Plaza, era ya casi el media día y realmente estaba cómodo, muy cómodo¡¡ entonces decidí quedarme un rato más y tomar un vermut UNIVERSO que es como dice su nombre un Universo de sabores y olores que harán que tu "momento vermut" sea un Big Bang de sensaciones únicas, pruébalo si no lo has hecho aún, seguro que te gusta, y que sepas que es Español.
Inmerso en la lectura no había reparado que justo enfrente, en la mesa de al lado, se había sentado una preciosa chica morena y aunque las grandes gafas de sol le tapaban prácticamente la cara, se podía adivinar el gesto dulce y fresco de la juventud, un comportamiento tranquilo, que inspiraba confianza en sí misma, pero vital, propio de personas con inquietudes, con ganas de conocer todo, de vivir experiencias, de disfrutar de lo que nos ofrece la vida a cada instante...
Era el final de los años 80, en la radio se podían escuchar grandes éxitos en inglés de cantantes como, George Michael, Whitney Houston, George Harrison, Michael Jackson, Gloria Estefan e INXS.
Al cine ibamos a ver películas como Rain man, película protagonizada por Dustin Hoffman y Tom Cruise, se estrenó en 1988 y se convirtió en la gran ganadora de los premios Óscar del año con cuatro estatuillas.
También llego a la pantalla grande la exitosa película ‘Beetlejuice‘, protagonizada por Michael Keaton y dirigida por Tim Burton.
‘Mujeres al borde de un ataque de nervios’ fue otra de las películas que se estrenaron durante este año y fue ganadora del premio Goya por mejor película.
Sin embargo no era muy habitual ver a una preciosa joven tomando una taza de café Azteca "ya sabéis todos que un café Azteca es una infusión fría de café acompañado por una bola de chocolate helado y cubierta por crema de leche, en un rincón privilegiado de esta Plaza Parisina y, al menos en este momento, sin ninguna compañía.
No podía evitarlo y cada 16 letras tenía que distraer la lectura y volver a mirarla, y volver a mirarla una vez más.... se paró el tiempo y poco a poco me sumergí en esa curiosidad que todos sabemos entender cuando deseamos conocer a alguien que nos parece, incluso sin ninguna razón aparente, diferente a los demás... hasta que inevitablemente y después de no se yo cuanto tiempo, se me antojó interminable, ella, la preciosa chica de la taza de café azteca, también me miró.
Los cursos de Economía en Francia son muy populares tanto para los estudiantes locales como para los extranjeros, fue un año entero estudiando y formándome para volver a España y poder encontrar un buen trabajo en alguna multinacional, posiblemente...
De aquél año de la juventud, al margen de lo duro de la universidad y de la dichosa "Teoría del Comercio Internacional" recuerdo, o quiero recordar, bastantes pocas cosas, quizá algún fin de semana extraordinario, o alguna otra mañana en la maravillosa Plaza de la Corcorde, tal vez una noche por Montmartre que es lo mejor del barrio bohemio de París, acompañado... pero lo que nunca he conseguido ni querido olvidar, aún me pregunto porque, fue aquella maravillosa instantánea de aquél momento de aquél día de 1988, tan diferente, quizá por una mirada, tal vez por aquella dulce sonrisa de Encarni.
Magnífica historia.
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