Mariela….
Ella es tan dulce, ella es tan bella.
Es imposible estar a su lado y no dejarte llevar por una corriente oculta de aire fresco que te envuelve involuntariamente y que, de forma automática, te traslada hacia ese lugar donde siempre, siempre, has querido estar….
Soy vendedor de sombreros pero, no uno cualquiera, sino el vendedor de sombreros más conocido de todo Haarlem.
Quizá deba empezar contando que la ciudad de Haarlem está situada al oeste y a muy pocos km. de Ámsterdam, en Holanda claro y se dice que es mucho más antigua que la propia capital. De aquí partieron los primeros emigrantes hacia Norteamérica, dando nombre, según se cuenta, al famoso barrio de New York.
Es la típica ciudad holandesa: Una preciosa plaza central en la que están situados los edificios principales y en torno a la cual gira la vida de los habitantes.
En una esquina de la plaza podéis visitar mi taller de sombreros. Los hago a medida y no sale ni uno sólo que sea igual al resto, esto me hace diferente, exclusivo y peculiar sobre los demás…
Cuando mi cliente aparece, a primera vista, he aprendido a ver en ellos más allá de lo evidente que después plasmo fielmente en mi trabajo, creando una pieza única que luego ya formará parte de su vida para siempre.
En Haarlem prima la discreción, la privacidad… es una ciudad grande y con muchos habitantes y por esta plaza pasan cada día cientos, quizá miles de personas, si realmente te paras a observarlas, fijándote bien, aprendes muchas cosas que luego utilizo en mi trabajo… por ejemplo se diferenciar los tipos de alergia que padecen las personas nada vez oírles estornudar, reconozco un zapato pequeño cuando veo andar a la persona que lo lleva y nunca confundo entre un zapato pequeño con padecer de varices porque la forma de andar es totalmente diferente.
Cuando mi cliente aparece, a primera vista, he aprendido a ver en ellos más allá de lo evidente que después plasmo fielmente en mi trabajo, creando una pieza única que luego ya formará parte de su vida para siempre.
En Haarlem prima la discreción, la privacidad… es una ciudad grande y con muchos habitantes y por esta plaza pasan cada día cientos, quizá miles de personas, si realmente te paras a observarlas, fijándote bien, aprendes muchas cosas que luego utilizo en mi trabajo… por ejemplo se diferenciar los tipos de alergia que padecen las personas nada vez oírles estornudar, reconozco un zapato pequeño cuando veo andar a la persona que lo lleva y nunca confundo entre un zapato pequeño con padecer de varices porque la forma de andar es totalmente diferente.
Sé cuando una persona está enamorada y hasta puedo sentir la angustia si esta no es correspondida… esta parte más amarga la aprendí de ella.
Aquél lunes, en una preciosa mañana de primavera, Mariela apareció por el taller a primera hora, en tan sólo unos segundos había conseguido que le prestase toda mi atención y en los siguientes minutos, mientras me explicaba como quería su sombrero, yo ya sabía cómo hacerlo, ya tenía claro el modelo, la forma, el color con el que diseñaría el encargo... ya no podía ser de otra manera!!
Aquél lunes, en una preciosa mañana de primavera, Mariela apareció por el taller a primera hora, en tan sólo unos segundos había conseguido que le prestase toda mi atención y en los siguientes minutos, mientras me explicaba como quería su sombrero, yo ya sabía cómo hacerlo, ya tenía claro el modelo, la forma, el color con el que diseñaría el encargo... ya no podía ser de otra manera!!
Preciosa Mariela… cuando aún no había transcurrido ni la segunda de las cuatro partes de una hora, yo ya había conseguido entenderla.
Pude comprender sus señales, imperceptibles para algunos, pero no para mí.
Pude comprender sus señales, imperceptibles para algunos, pero no para mí.
Nunca antes había conseguido hablar con alguien como ella.
Salvo que seas un experto, con Mariela, nunca sabrás si te habla o sólo te cuenta, si en realidad está interesada en oirte o sólo te escucha, si te ve o sólo te está mirando…
En algunas decenas de minutos pude entender que no era en su continua conversación, que adornaba graciosamente con pasos y paseos por el taller, sino en sus silencios donde se encontraba su verdad verdadera. Timida y serena...
El silencio es la parte más importante en sus conversaciones, es el momento en el que escucha, aprende y puede entender a los demás. En un instante de silencio, sin duda, se pueden encontrar los más valiosos secretos nunca jamás hablados entre dos personas que, no sólo se miran, sino que pueden llegar a verse, pueden llegar a entenderse...
Fue la parte de nuestra charla en la que Mariela se dejó ver, me mostró como es realmente. Mostrarle mi realidad y aprender de la suya fue un instante que perdurará durante el resto de mi vida.
Fue la parte de nuestra charla en la que Mariela se dejó ver, me mostró como es realmente. Mostrarle mi realidad y aprender de la suya fue un instante que perdurará durante el resto de mi vida.
Que fácil me resultó crear para ella el sombrero que poco después pude ver cómo lucía primorosamente en un viaje a Oosterpark, que es un precioso jardín situado en la zona oeste de Ámsterdam, ideal para deportistas y personas que como ella, saben disfrutar del sol, el viento, la niebla, la lluvia, el tiempo libre y del precioso y valioso silencio..
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