sábado, 16 de mayo de 2015

La chica con el pijama de rayas.... un día de descanso..


Ya todos conocéis su faceta de trabajadora incansable, serena, inteligente, extremadamente responsable y enamorada totalmente de todo lo que hace en el estudio de arquitectura que compartimos desde hace, ya casi, ocho años. 
Hoy os hablaré de la que aún pienso, cuando la miro, que un día será mi chica, ya sabéis, Mar, aquella chica con el pijama de rayas.


Aquella con la que comparto trabajo, que admiro y por la que siento este silencioso amor que me va ahogando durante el día y que sólo se calma al anochecer cuando, desde mi balcón y a través de su ventana la sigo viendo y entonces, en ese momento, cuando el sueño va llegando, me dejo llevar por sí, porque quizás hoy, aúnque sea así, me reúna con ella.


El olor a verano te envuelve en la plaza Brá, a pesar de estar rodeada de edificios antiguos, de época, que conforman una especie de recinto privado donde los vecinos comparten un trozo de su vida, las fachadas de ventanas y ventanales están repletos de flores multicolores (siempreverdes, geranios, rosas, margaritas) que, durante el día, ofrecen una vista impresionante, envolviéndote al atardecer en ese olor característico de las tardes de Junio en el campo y sin querer, te transportas a un lugar diferente a otro momento, quizás al momento en que, por las calles adyacentes o tal vez en esta misma plaza, siglos atrás, Romeo declaró su amor a Julieta.


Aquí, en Verona, es la época por excelencia para los enamorados… los fines de semana, cuando casi todos nos reservamos aunque sea un día de descanso, me divierte sentarme en mi balcón y mirar la plaza repleta de gente… turistas, vecinos y sobre todo parejas… algunos puestos de venta ambulantes, flores multicolores para los enamorados, libros con historias repletas amores y desamores y novelas con las que dejar volar tu imaginación, terminan de adornar este refugio para soñadores y bohemios.


Ella, Mar, mi chica, la tarde del domingo, cuando el sol ya se va disolviendo por entre la callejuela de enfrente, suele salir y recorrer los puestecillos ambulantes… será raro que no compre un libro, una flor y se sentará en la plaza, cuando ya empieza a refrescar y cuando las flores desprender su mejor perfume y leerá... seguirá leyendo durante un buen rato mientras, poco a poco la luna va enfocando su blanca claridad sobre nuestros balcones... 


Verla charlar con algunos vecinos y otra gente que pasea y se sientan a su lado y le preguntan y sonríe.... con ese gesto especial capaz de deslumbrarte...  

Como pasa su tiempo cuando no está trabajando es, sin duda,  una faceta sorprendente y contrasta absolutamente con la enérgica y súper activa mujer con la que comparto trabajo...

Esto es sólo una pequeña pincelada, un momento, un instante, sin embargo, no hay otra forma mejor de describir esa otra parte de Mar que no se deja ver día a día entre lápices y cartabones.

Su otra cara es aún más ilusionante y apasionante para alguien como yo, después de estos años aún es capaz de sorprenderme a cada instante...

Siempre estoy cerca pero ella¡¡, siempre estoy esperando pero ella!! , siempre estoy a su lado pero ella no me ve...



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