Cuando la conocí… lo entendí “ la fotografía tiene que ver con la manera de ver las cosas… y poco con las cosas que ves”.
Se marchó en Octubre.
Una historia amargamente dulce vista a través de las imágenes que transmiten los ojos de Gemma.
El otoño es muy bonito en Parc du Champs de Mars (Son unos hermosos jardines ubicados entre la Torre Eiffel y la École Militaire.
Es como una enorme alfombra de césped muy verde y muy cuidado. Es un típico jardín francés y lugar de encuentro de parisinos y turistas donde pasear, pensar, relajarse....y perfecto para tomar fotos de la Torre Eiffel).
Me gusta leer y aprovecho los días en que, entre claroscuros, aún la luz del mediodía permite observar y disfrutar del paisaje verde del parque, mientras ojeo algún libro sobre naturaleza.
A menudo me acompañaba y juntos disfrutábamos de tardes que ahora echo mucho de menos.
Pluma era una amiga fiel, diferente a lo que se espera de un animal de compañía.
Recuerdo cuando apenas tenía unos días de vida y no puedo olvidar sus primeras noches, cuando luchaba por sobrevivir lejos de su entorno natural, pero…, la casualidad le trajo aquí.
Con mis manos le di calor, le alimenté, le cuidé y ella, mi agapornis, Pluma, con su mirada triste, de superviviente, me agradecía el esfuerzo.
Pronto se hizo mayor y su vestido blanco tornó amarillo verdoso y rojo, ese fue el momento en que mi inseparable amiga, mi Pluma, decidió que estaba preparada para seguirme pero…, desde la altura, en su espacio natural. Desde el aire.
En poco tiempo nos hicimos el uno al otro y muy pronto aprendimos a pasear juntos, aunque ella siempre a algunos metros sobre el suelo…
El Parque du Champs de Mars era nuestro sitio favorito, mientras yo leía ella volaba entre los árboles para terminar posándose en mi hombro.
Se marchó en Octubre y ya nunca volvió… es difícil entender para alguien que no sienta cierta empatía con los animales. El vacío impresionante que se queda cuando ellos se van, no se entenderá que durante mucho tiempo la recordara cada día y la buscara a media tarde entre todos los árboles de Paris. No se entenderá.
Una historia amargamente dulce vista a través de las imágenes que transmiten los ojos de Gemma.
El otoño es muy bonito en Parc du Champs de Mars (Son unos hermosos jardines ubicados entre la Torre Eiffel y la École Militaire.
Es como una enorme alfombra de césped muy verde y muy cuidado. Es un típico jardín francés y lugar de encuentro de parisinos y turistas donde pasear, pensar, relajarse....y perfecto para tomar fotos de la Torre Eiffel).
Me gusta leer y aprovecho los días en que, entre claroscuros, aún la luz del mediodía permite observar y disfrutar del paisaje verde del parque, mientras ojeo algún libro sobre naturaleza.
A menudo me acompañaba y juntos disfrutábamos de tardes que ahora echo mucho de menos.
Pluma era una amiga fiel, diferente a lo que se espera de un animal de compañía.
Recuerdo cuando apenas tenía unos días de vida y no puedo olvidar sus primeras noches, cuando luchaba por sobrevivir lejos de su entorno natural, pero…, la casualidad le trajo aquí.
Con mis manos le di calor, le alimenté, le cuidé y ella, mi agapornis, Pluma, con su mirada triste, de superviviente, me agradecía el esfuerzo.
Pronto se hizo mayor y su vestido blanco tornó amarillo verdoso y rojo, ese fue el momento en que mi inseparable amiga, mi Pluma, decidió que estaba preparada para seguirme pero…, desde la altura, en su espacio natural. Desde el aire.
En poco tiempo nos hicimos el uno al otro y muy pronto aprendimos a pasear juntos, aunque ella siempre a algunos metros sobre el suelo…
El Parque du Champs de Mars era nuestro sitio favorito, mientras yo leía ella volaba entre los árboles para terminar posándose en mi hombro.
Se marchó en Octubre y ya nunca volvió… es difícil entender para alguien que no sienta cierta empatía con los animales. El vacío impresionante que se queda cuando ellos se van, no se entenderá que durante mucho tiempo la recordara cada día y la buscara a media tarde entre todos los árboles de Paris. No se entenderá.
En una plaza cercana a casa, mientras tomaba café en la terraza, se acercó Gemma y sin decir palabra dejó una carpeta sobre la mesa y se sentó a mi lado.
No me habló, no me dijo nada.
Le miré a los ojos, me sonrío y entonces entendí… aún no sé cómo fue pero supe que debía abrir aquella carpeta y cuando lo hice su contenido captó toda mi atención…
Os aseguro que jamás podría haber pensado que en unas fotografías tuviera cabida tanta sensibilidad, la humanidad mostrada en aquellas imágenes!!, la armonía de los colores… la música que podía oír en el silencio de papel y que transmitían las láminas!!.
Pluma aparecía en mi hombro, inseparable como siempre. En otra postal Pluma me observaba fijamente y en la siguiente se puede apreciar su despedida, el adiós… con las alas abiertas al viento… desplegadas totalmente… mi agapornis se marchó, quizás había llegado para ella la hora del inicio de su propia vida. Ahora lo sé.
No me habló, no me dijo nada.
Le miré a los ojos, me sonrío y entonces entendí… aún no sé cómo fue pero supe que debía abrir aquella carpeta y cuando lo hice su contenido captó toda mi atención…
Os aseguro que jamás podría haber pensado que en unas fotografías tuviera cabida tanta sensibilidad, la humanidad mostrada en aquellas imágenes!!, la armonía de los colores… la música que podía oír en el silencio de papel y que transmitían las láminas!!.
Pluma aparecía en mi hombro, inseparable como siempre. En otra postal Pluma me observaba fijamente y en la siguiente se puede apreciar su despedida, el adiós… con las alas abiertas al viento… desplegadas totalmente… mi agapornis se marchó, quizás había llegado para ella la hora del inicio de su propia vida. Ahora lo sé.
Aquél momento fugaz, aquella despedida encubierta… aquellas fotografías tomadas de casualidad cuando Gemma disfrutaba en una tarde de paseo, me hicieron cambiar, deshizo el nudo inexplicable que queda cuando ellos se van, desaparecen… entendí entonces que todo tiene mucho que ver con la manera de ver las cosas y poco con las cosas que se ven.
A veces veo a Gemma en alguna calle, allí tiene su galería.
Me sigue pareciendo impresionante su trabajo.
A través de sus ojos te traslada a otra dimensión desconocida donde se mezclan sensaciones diferentes en unos pedazos de papel couché y te puede hacer sentir el viento en la cara, el olor del campo en primavera, el sonido de un riachuelo ó el amor que siente una madre por su hijo.…
Te puede hace ver... ¡¡el paisaje más bonito!!
A veces veo a Gemma en alguna calle, allí tiene su galería.
Me sigue pareciendo impresionante su trabajo.
A través de sus ojos te traslada a otra dimensión desconocida donde se mezclan sensaciones diferentes en unos pedazos de papel couché y te puede hacer sentir el viento en la cara, el olor del campo en primavera, el sonido de un riachuelo ó el amor que siente una madre por su hijo.…
Te puede hace ver... ¡¡el paisaje más bonito!!
No hay comentarios:
Publicar un comentario
ABOTÓNATE Y COMENTA...