Una tarde en la que nuestro Chico del Botón Amarillo (el pintor) visitaba una exposición de artículos y complementos de piel, pudo observar como aquella, chica rubia de piernas largas, caminaba mientras ojeaba todos aquellos objetos preciosos y perfectamente confeccionados, aunque, observándola, se dio cuenta de que la belleza de aquél bolso surgía no tanto del producto o su confección, si no, de como la chica lo sujetaba y lo balanceaba mientras andaba...
Sin ninguna duda aprendió que cualquier prenda u objeto inanimado no luce tanto por su composición sino por cómo, quién y de qué forma se utiliza...
Este fue el motivo que le inspiró para luego plasmarlo en su retrato nº 7 que ahora nos muestra a todos....
Visita la sección de retratos en la botonería... tal vez seas tú el o la próxima.
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