martes, 25 de noviembre de 2014

El sueño de una noche de verano...

Desirée, la inolvidable chica de la camisa blanca y el cuello negro.

Esta noticia también entrará en la sección "el photocall de...", sin embargo a mi me gustaría haberlo contado como una bonita historia de amor entre nuestra chica, la del cuello negro de la camisa blanca y alguien que podría haber sido su chico, alguien como Leo, el de Stravaganzza, ya sabéis...

Una tarde de un día cualquiera de un verano, de aquellos días en los que padecemos las consecuencias de la fiesta de la noche anterior, nuestra chica, la preciosa rubia del pantalón negro, sentada en un parque, cerca de un estanque miraba como una familia de patos de pico amarillo y pluma blanca, parecían pasear por las tranquilas y mansa aguas... 

Esta paz, este calor de una tarde/noche de un verano le llevó a esa situación en la que parece que estás pero en realidad te has ido y avanzas navegando por un pensamiento a una idea y a veces a esa ilusión con la que todos soñamos pero muy pocos consiguen...

Cerró durante un momento los ojos......
 
Abrió sus ojos y a su lado, casi rozando su brazo se encontró a Leo. Parecía increible!!!

Quizás por su aspecto pudiera confundir a aquellos que como yo somos más tradicionales, lo cierto es que Leo, miraba al estanque mientras sus ojos brillaban luminosos por unas lagrimas que apenas asomaban... 

Desirée no entendía y siguiendo su mirada vio y comprendió el motivo de aquella actitud triste...

Él se levantó del banco y cogió con suavidad un pequeño animalito, de pico amarillo y pluma blanca, que no había podido superar los primeros instantes de su vida y que permanecía arropado entre un grupo numero de otros que sí revoloteaban y pateaban el agua para evitar hundirse...


Desirée, comprendió, se levanto y sin pronunciar palabra abrazó a Leo que le devolvió un abraso lleno de ternura y volvieron al banco, sentados, juntos, cogidos de la mano y apoyando su cabeza sobre el hombro de Leo, fue pasando el tiempo, llegando la noche y volvió a sentir esa bonita sensación que la llevó a ese maravilloso estado en el que parece que flotemos, esa sensación de felicidad en la que no necesitamos nada... y poco a poco...

Cerró durante un momento los ojos...

Nunca sabremos que pasó después... quizá cuando Desirée abrió sus ojos Leo permanecería allí, mirándola... tal vez la luz de las farolas la despertara de un sueño como el que siempre hemos querido tener en una noche de verano.


 





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