Aún recuerdo como en las noches de verano cuando el calor aprieta en todas partes, yo tumbado en mi cama, con la ventana abierta de par en par, esperando esa fina, pequeña, transparente, esa corriente de aire fresco que pasaba sobre ella a través de la ventana y me hacía llegar su extraordinario olor a limón propio de los bosques caribeños…
Mi vida sin ella ha sido diferente, mis noches de verano ya
no son lo mismo y aunque sé que parece fácil, todos pensaréis que podría tener
otra, que no debería haberme enchufado tanto, que nada en el mundo merece tanto
la pena para que tras un año de su desaparición, siga tan presente en mi vida su recuerdo, lo
cierto es que, tras un año del suceso que
ocasionó la desaparición de mi “Pelargonium Crispum” está resultado ser el tiempo
más duro de mi vida.
Podríais pensar que las 23:56 p.m. del día 5 de Agosto del
año pasado han quedado exageradamente marcadas para mí y quiero confesaros
que así es y ahora os explicaré porqué.
Mi dormitorio es está situada en la planta baja del edificio
situado en la única calle de acceso a la plaza de mi pueblo… por allí, tarde o temprano pasa todo el mundo y aquél maldito día también....
Era una noche especialmente calurosa por lo que la ventana totalmente abierta aunque, para evitar una visión directa de la calle hacia el interior, tengo una cortina de punto que impide que los paseantes, puedan verme sobre la cama con mi pijama, ligero y fresquito para afrontar las primeras horas de la noche que son también las horas más calurosas, a la vez que me deja respirar el aire que me llega de ella y ver, aunque con cierta dificultad, a la gente pasar y cruzar por delante, me hace el mismo efecto que contar ovejas... poco a poco voy respirando su olor magnífico a limón y entrando en el sueño deseado que me lleve hasta el día siguiente.
Aquella maldita noche todo parecía ir como siempre hasta que, de repente y entre dormido, escuché un ruido irregular, diferente y abrí los ojos cuando estaba aún en el primer sueño, pude ver como alguien, con el pelo largo, camisa blanca, pantalón vaquero, manos suaves... tomaba mi geranio, mi “Pelargonium Crispum” querido.... imediatamente salté hacia la ventana y pude ver a la ladrona de mis sueños, una chica huía con mi geraneo en la mano, sola, pude ver su espalda y a lo lejos, al fondo de la calle, volvió su rostro y me miró sonriente, ví como se perdía en la oscuridad de la calle con mi tesoro, casí tropezó con alguien que venía en sentido contrario....
"Una diligencia de
reconocimiento se practicará poniendo a la vista del que hubiere de verificarlo
la persona que haya de ser reconocida, haciéndola comparecer en unión de otras
de circunstancias exteriores semejantes".
De izquierda a derecha... Beztriz, Loli, María del Mar, María, Estefanía y Andrea.
Al cabo de muchos meses de denuncias a la policía local de
mi pueblo, después de muchas investigaciones por mi parte, tras ir elaborando y
verificando las cuartadas de todas las jóvenes de mi pueblo que aquél día
pudieron pasar por allí o todas aquellas de las que yo tenía conocimiento de
que mi geranio pudiera ser de su interés, por fin…..fueron citadas hoy para una rueda de reconocimiento donde espero poder, a través de la concentración, traer a mi memoria las secuancias de aquél día que me hagan ver la luz y reconocer a la ladrona de lo dulce de mis sueños.....
Por su puesto necesito tu ayuda, si eres tú la persona que aquél día llegaba en sentido contrario a la plaza y se cruzó con ella, espero que hoy, a continuación, nos hagas llegar a través de esta noticia en facebook, de entre las componentes de la rueda de reconocimiento, cuál de las chicas es la dueña de mi geranio....
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