Noe y las alas de mariposa...

No es algo que haya descubierto hoy…
No es una circunstancia casual o momentánea.

No es la consecuencia de nada en concreto.

Lo que ocurre, lo que a mí me pasa es que, allá donde se encuentre, adoro la sensibilidad y la sutileza de una imagen, de una persona y de una dulce expresión.

Cuando hablamos de algo sutil, quizá, podamos referirnos a algo que no se aprecia a simple vista, en lo cotidiano, en aquello con lo que nos majemos día a día, sin embargo yo soy de la opinión de que aquél o aquello que la posee va dejando un reguero a su paso, en su presencia, perfectamente perceptible por uno pocos y precisamente aquí es donde se encuentra oculto "bajo las alas" el auténtico secreto…  y a la vez, la solución del enigma.

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Preparé mis maletas y marché corriendo, sin decir adiós…
La República Checa es un país muy interesante para visitar con calma.
Mi destino en este viaje inesperado era el famoso Castillo de Praga “es un complejo arquitectónico formado por diferentes edificaciones y monasterios, entre los que se encuentra la enigmática “Torre Daliborka” de estilo tardo-gótico fue levantada en 1496 y desde donde, durante las noches de verano, cuando la luna alcanza su mayor plenitud, se puede ver el reflejo de cientos de luces relucientes que enfocan hacia un horizonte imaginario en la ciudad de Praga.

Cuando coleccionas mariposas debes estar abierto a creer que lo imposible se puede hacer realidad… así que cuando mi contacto me llamó y me dijo que en Praga, en la Torre Daliborka, en este instante se había avistado una crisálida de “Mariposa Trasparente”, ya no hice ninguna pregunta más…

Es una mariposa extraordinariamente bonita, pero sobre todo cautivadora, algunos la han descrito como el insecto más maravillosamente mágico conocido, es propio de Sudamérica y se caracteriza por hacer grandes viajes de ida pero también siempre de vuelta, por lo que su presencia en Praga, como poco, resultaba tremendamente enigmática y digna del esfuerzo necesario para estudiar el singular fenómeno por el que una crisálida de mariposa trasparente se hallaba en esa ciudad y, en unas horas, allí estaba yo.

Desde el primer instante del momento en que la vi ya supe que jamás podría dejar de pensar en ella.

Todavía no encuentro las palabras que me ayuden a describir con sensatez lo que vi en ella y lo que provocó en mí en ese minúsculo segundo en que nuestras miradas y la piel de nuestras manos se unieron maravillosamente, ese instante lo viví como a cámara lenta, no quería que terminsase ese momento, sin embargo una presentación no puede durar toda una vida… 

A mi llegada al Castillo la conocí.

Noe había estudiado Historia de la Arquitectura y especializado en Bellas artes antes de conseguir, por méritos propios, el cargo de Directora del complejo arquitectónico más importante de Praga.

Ella fue la descubridora de tan magnífico hallazgo para un coleccionista como yo.

Desde ese instante y durante los siguientes 3 días fuimos inseparables, preparamos el entorno adecuado y cerramos un perímetro controlado… esperábamos con verdadera impaciencia y angustia el nacimiento, por llamarle de alguna manera, de “Fénix” la primera Mariposa Transparente nacida en cautividad y fuera de su hábitat natural.

Aún recuerdo el rincón exacto de la Torre Daliborka donde Fénix abrió sus alas de mariposa y voló por primera vez…

Fue un minúsculo momento, como un flas cegador, duró sólo un instante pero… entonces ocurrió, pude percibirlo con absoluta nitidez!!


Un brillo especial en sus ojos, la elegancia de sus movimientos, la perfección que sólo existe en la perfecta simetría que invita a admirarla incondicionalmente, quizá, la belleza de lo extrañamente perfecto…

Aquella preciosa imagen de aquella chica, Noe, de sensible apariencia, sutil, sencilla a la vez que sublime en cada una de sus miradas, iluminada por un rayo sombrío de la luz del sol de la media tarde, mientras presenciaba el momento en que Fenix luchó y ganó su batalla para salir a flote mientras daba su primer salto y tras él... la invisible belleza de lo transparente… 
Verla apreciar aquél momento me transmitió algún tipo desconocido de energía que, después de atravesarme, se instaló dentro de mí para siempre.

Aquél impresionante suceso nunca más volvió a repetirse en mi vida… pero hoy, aún no pasa ni un solo día en que cuando miro las viejas fotografías de la colección y la veo, después de tantos años pasados no puedo dejar de sentir aquella sensación tan realmente imaginaria y quiero cerrar los ojos y viajar hasta ese instante sublime en el que compartí una experiencia única que, a pesar de buscarla a lo largo del tiempo, resultó ser el momento más alucinantemente bonito de una vida.