viernes, 7 de febrero de 2014

La más bella melodía...

Si la miras a los ojos fijamente...
Si ella te mantiene la mirada... entonces y solo entonces,
te captura!! te atrapa!! te envuelve y sin proponérselo, se apodera de ti para siempre.

Desde hacía años compartíamos despacho en la empresa y aunque pasábamos mucho tiempo hablando con los clientes, a los que le ofrecemos la maravillosa Olla a presión “Rapid” (en la Olla Rapid los alimentos se cocinan más rápidamente llegando a dividirse los tiempos de cocción tradicionales entre tres o cuatro. Por ejemplo, un repollo se cocina en un minuto, las judías verdes en cinco y un pollo completo no más de veinticinco), compartimos mucho tiempo pero nunca hablamos de lo nuestro, de nuestra vida, de nuestras cosas. Yo no le conocía.

Victoria era una perfecta desconocida para mí. Era una chica normal, quizás un poco tímida en la distancia corta. En alguna ocasión he percibido que podría ser interesante conocerla mejor pero, el día a día en el trabajo no ayuda a ello.

Aquél sábado en soledad, decidí, aprovechando la buena temperatura de la noche, salir a pasear y respirar el aire de la playa. Recorro el paseo con relativa frecuencia por que me calma, me tranquiliza. La gente, los puestos ambulantes, los niños, los jóvenes divirtiéndose … esta visión transforma mi espíritu y mejora mi ánimo, me ayuda a vivir día a día.

un segundo de silencio y un segundo después....


Este fue el instante…


la más bella melodía!!!, un acorde, una nota. No me pude resistir y paso a paso me acerqué.



Allí estaba ella.
Victoria emergió de entre el grupo de gente que se arremolinaba en el paseo y le escuchaba en absoluto silencio.

Era ella?...parecía ella.

Mi compañera de trabajo de hace tantos años!!.
Le miré a los ojos y entonces pude ver su fuerza, sus ojos!!, su mirada!!. 
Entre nota y nota percibí sus inquietudes, nota tras nota en esa melodía iba deshilachando su personalidad, mostraba el sentimiento de alguien que sabe amar, que sufre, que ríe, que comparte su vida con lo demás. Ese alguien por quién cualquier persona puede cambiar sus días de soledad.

Señorita de L´amore... Rosita. 
Ahora, algunos años después, sigo trabajando con Victoria y siempre, al atardecer, en los días de verano salgo con ella de casa y me siento en el paseo, junto a la playa, y la miro y la veo, más guapa que nunca y no dejo de mirarla porque, cuando va cayendo el sol, Victoria abre su maletín y entre nota y nota la observo y sigo viendo su mirada que cautiva y sigo viéndola y sigo descubriéndola.

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Es una historia muy particular y bonita y creo que nos enseña muchas cositas pero como te paso a ti, dejaremos que quién la lea decida si ir al paseo que hay junto a la playita, donde se reúnen los niños y los jóvenes y si quieren, que busquen a Victoria, quizás como te paso a tí, alguien podrá encontrarla.


Rosita de L`amore


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