¿Y si por una vez no sales corriendo?
Quizás sea mi mala costumbre de esperarte, de buscarte a cualquier hora, hasta en mis madrugadas donde hace tiempo dejaste de aparecer.
Aquella huella que dejaste en mí, la misma que yo dejé en ti a nuestro pesar.
Las heridas que nos hicimos, las lagrimas que no fuimos capaces de romper.
El orgullo.
Y triste… pero cierto.
Cuanto dolor escondido en simples recuerdos. Auténticos desconocidos.
¿Y si por una vez no sales corriendo?
Quizás asumir nuestros errores de frente nos libere de este juego que, simplemente, nos duele.
Este juego que empezamos con tan dulce inocencia y que hoy no somos capaces de continuar.
Es posible que sea la mejor opción.
Olvidar.
Correr.
No esperar más.
Es posible, pero en el fondo los dos sabemos que nos gustan los retos y que lo nuestro no fue una historia más. Probablemente fue una historia menos. Una historia a medias. Una historia sin fin.
Porque, aunque no hayamos sido capaces de saltar nuestros obstáculos, los dos sabemos que fue autentico, sincero, real… al igual que amargo, intenso e hiriente. Pero…
¿Y si por una vez no sales corriendo?
No hay comentarios:
Publicar un comentario
ABOTÓNATE Y COMENTA...