Recuerdo que intentábamos diferenciar el tono del contraste en aquella maravillosa aula de la Universidad, iluminada de forma natural por el sol que entraba por unos inmersos ventanales cristalinos, por cierto debéis saber que se entiende por TONO a la brillantez visual de una zona en una imagen, que puede distinguirse de otras partes más claras o más oscuras (El blanco, el negro y toda la gama de grises constituyen su gama tonal).
Un rayo de luz difuminado iluminaba a Valentina que posaba para nosotros mientras el profesor nos explicaba señalando con un laser los tonos maravillosos que reflejaba su rostro y que mostraban una sutil diferencia, que sin embargo supone la diferencia entre la vida y la muerte en la obra de un artista , por cierto y para que podáis vosotros comprender la diferencia os comentaré que por Contraste se entiende a la diferencia de tonos que hay entre las distintas zonas de la imagen (una imagen resulta visible gracias a su diferencia de contraste respecto a los valores de los tonos que la rodean).
Una clase tras otro, la modelo inmóvil, la chica posaba, Valentina fijaba su mirada a un horizonte imaginario mientras los contrastes de su cuerpo aparecían en nuestros lienzos.
Mi progreso no era sobresaliente, a penas ni existía. Notaba como se me escurría el tiempo y no avanzaba....Cada día me concentraba en su formas, los volúmenes…pero no captaba la esencia, no percibía la belleza de su pose.
Aquél día, en contra de todo pronóstico, después de media hora de trabajo… Valentina giró su pose. Se volvió hacia mí, me miro fijamente y allí se quedó en una nueva pose.
Algo cambió entonces, la miraba continuamente y su ojos se fijaron en los míos, podía notar su fuerza y la luz llegó con ella.
Apenas cruzamos alguna palabra en el estudio pero esa mirada, su presencia, el resplandor invisible para otros, fueron durante unos meses el motivo mi vida.
Me llamó siempre la atención su cabello. Una larga melena que caía por sus hombros y que cubría parte de su espalda. Es muy difícil aplicar el tono adecuado al cabello para que parezca esponjoso y real pero, al final del curso, aprendí a utilizar el contraste adecuado que unido a las sombras, hacían muy creíble mi trabajo y por este logro, por su cabello, conseguí finalmente aprobar la, temida por todos, materia de dibujo y seguir adelante en mi carrera de arte.
Nunca más conocí a nadie que posara como Valentina, cuyo rostro siempre reflejaba simpatía, a la vez que madurez y algo que me entusiasmaba sobre manera…. Poseía la mirada de aquellas personas que están en paz consigo mismo y eso refleja tranquilidad para todos los que están a su alrededor.
No sé bien si era el entorno provocado de luces, sombras, contrastes y tonos o la presencia de Valentina, quizás las dos cosas, pero aquél año fue inolvidable, el avance en mi carrera y en mi vida.
Años después, ya en Florencia (Italia), me pareció verla.
Visitaba yo La Galería Uffizi que es un Palacio que contiene una de las más antiguas y famosas colecciones de arte del mundo.
La visita guiada duró aproximadamente 3 fantásticas horas llenas de arte y de historia y excelentemente explicado por una chica que nadie conocía…
Sin embargo ya casi al final, en la última sala que da justo al este del corredor de acceso a la salida… un rayo de luz entró por una de las vidrieras de colores y una rayo rojo azulado se estampó sobre ella… su pelo, sus formas, el contraste que reflejó en la pared no podían ser de nadie más.
Miré la documentación y en ella figuraba el nombre de la guía… Valentina!!!
No reconocí su rostro después de los años pero el reflejo del contraste de su luz que despresnde su cara y la nitidez de sus formas serán siempre inconfundibles para mí.
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