sábado, 15 de marzo de 2014

El método (Pirsado por Amartillamienrto Manual)


Por alguna razón desconocida, hoy en día, con mucha frecuencia necesitamos la ayuda de buenos profesionales para la correcta inserción de diversos objetos extraños en alguna parte de nuestro cuerpo….hoy desmitificaremos esta acción y veremos como nosotros mismos, con la ayuda desinteresada de 2 amigos ayudantes (sujetador y mano que mece la cuna), podemos decorar y realizar magníficas creaciones que adornarán nuestro cuerpo.

El pirsin…

Una moda de nuestros ancestros. (ancestro: el término suele ser usado para referirse a un grupo de antepasados relacionados a un individuo o grupo de individuos), ha sido la de adornarse la piel con diversos tipos de materiales, según la moda, los tiempos y las tendencias.
Desde hace unos años con más fuerza el pirsin está en auge, el hueso de animal o el marfil de antaño han sido sustituidos por anillos de oro y bisutería, pendientes con perlas, materiales plásticos etc., dándose lugar a la aparición de un gremio compuesto por profesionales que con herramientas específicas dan forma a las creaciones más originales y en cualquier lugar de nuestro cuerpo.

Hoy contamos con la ayuda voluntaria y desinteresada de Toni, nuestro abotonado valiente, dispuesto a mostrarnos con fotografías e indicaciones la lección que hoy abordaremos y que servirá para nuestros lectores autodidactas que lo deseen y que titularemos: 

PIRSADO POR AMARTILLADO MANUAL.

Para este magnífico ejercicio necesitaremos la ayuda de una segunda personas ajena al pirsado y una tercera con una mano amiga  (también llamada la mano que mece la cuna). 
Se recomienda que ninguno/a de los ayudantes tenga relación de amor o cariño con el pirsado, así se evitará el sufrimiento indirecto. En este caso no ha sido así y por ello hay algún efecto secundario que después describiremos.

Primer paso: LA SUJECIÓN DIVERTIDA 


En este punto ya habremos tomado una/s copitas de vino que animen la reunión y que ayuden al paciente a olvidar el verdadero motivo del encuentro.
Vemos como todos parecen divertidos, incluso cuando junto al ojo derecho del paciente ya se encuentra el martillo desinfectado y vipunta (vipunta: con dos puntas, una para la entrada del pirsin y otra para la salida).

La mano que mece la cuna se encuentra en punto muerto, pero sin retorno, a la espera de la señal del colaborador sujetador, que anima al paciente con alguna conversación distinguida como por ejemplo la historia de la invasión de los corintios, esto suele distraer completamente a modo de anestesia mientras con la mano izquierda va presionando la frente para evitar un renuncio de última hora cuando el pirsado vea venir al vipunta.


Segundo paso: EL IMPACTO 

El sujetador observará y analizará la situación y cuando crea que es el momento, señalará con algún gesto establecido para que la mano que mece la cuna gire con fuerza el martillo vipunta , poniendo toda su   atención en el punto de mira establecido para que los orificios se realicen en el kilometro cero o punto definido.

Importante: el sujetador no debería ser amigo, o tener ninguna relación con el paciente, ya que el impacto suele emitir un ruido seco con posible desprendimiento de sangre que no debe afectarle, en este caso al ser un familiar hemos preferido sellar la boca para que no transmita pena o tristeza por el golpe encajado por el paciente que como se puede ver, ha salpicado algo de sangre con reacción inmediata del ojo y no ha podido evitar un puchero de pena que luego se traducirá en lagrima/s y en algún caso, llanto desconsolado.

En este paso el sujetador es muy importante porque consolará al pirsado disminuyendo la importancia de los orificios y los posibles daños colaterales.

Aquí la mano amiga debe estar precisa y serena, un deslizamiento del golpe ocasionaría la compra inmediata de un parche que el pirsado debería ya usar siempre.


Tercer paso: EL SECADO Y LA RECOMPENSA 



Como se puede observar en la magnífica fotografía del acontecimiento, en esta última fase sigue siendo importante la ayuda del sujetador que sigue manteniendo con fuerza la sujeción pero ya sí, con una simpatía en la cara que impresionaría a cualquiera, para ella ya ha pasado todo, ha pasado lo peor.

La mano que mece la cuna está realizando la última función, pero súper importante, del curado y secado de la herida. Para ello debe mantener lo más cerca posible del pirsin, ya insertado, un mechero casero tipo clípper para una curación perfecta de las heridas. Puede tostar la superficie de la cara, pero esto solo provocará unas leves ampollas que desaparecerán con el tiempo. No debe ceder a los ruegos ni llantos del paciente que sentirá molestias inevitables.

Al pirseado se le ha aplicado una venda en boca para que los ruidos, gritos en algunos casos, no superen unos determinados decibelios.

La recompensa por un trabajo bien hecho es evidente, el paciente a pesar del tapamiento en boca, es cosciente de que ha triunfado y su cara denota alegría y admiración.


Gracias a los compañeros abotonados voluntarios...

La botonería contará con vosotros para otros experimentos.

1 comentario:

  1. El tostado final resulta interesante para mantenerlo

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