viernes, 10 de julio de 2015

El vestido blanco...

Una lágrima, una sonrisa, una reacción extraña ante una prenda, ante una imagen, que hace que se actue de manera imprevista, que realmente no seamos dueños de nuestras emociones y sentimientos que lo son, a veces encontrados,  otras veces divergentes...
A poco que te fijes en ella, se puede ver como una corriente de energía ilumínica recorre su cuerpo, no se intuye sino que se sabe cuando una chica se mira al espejo y reconoce que ese si¡¡¡  ese era el vestido que siempre buscó,  ante sí el vestido ideal, hecho especialmente para ella, su vestido blanco¡¡¡

Hemos pedido a nuestras chiscas hoy, Antonia, Laura y María José, que se vistan de blanco, que nos muestren esos maravillosos vestidos que siempre, siempre, hacen que una mujer, durante al menos un momento, un día en su vida, se sienta y nos transmita, al resto, esa sensación que todos admiramos cuando observamos el cielo de una magnífica noche de verano y vemos resplandeciente como la luna, hermosa, majestuosa, sublime, destaca sobre todas las cosas e irremediáblemene nos embarga una sensación de felicidad que... sin saber porqué, se apodera de nosotros.

Ellas, mediante este telegrama, nos muestran un imagen especial, envidiada por much@s.

Gracias guapísimas...





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