Detrás de cada expresión de la vida existen tantas apreciaciones y valoraciones como seres humanos existimos.
La visión de cada una de las personas depende de su cultura, experiencia, de su sensibilidad, de sus predisposiciones y tendencias, de su sabiduría y de tantas cosas más.
Quizá simplemente de un momento particular, de un instante en el que directamente, vemos las cosas con los ojos del alma.
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Kiev es la capital y mayor ciudad de Ucrania, con una población de aproximadamente 2,8 millones de habitantes y un importante centro industrial, científico, educativo y cultural de Europa del Este.
Es sede de muchas industrias de alta tecnología, instituciones educativas y de famosos monumentos históricos.
La ciudad cuenta con una amplia infraestructura y un altamente desarrollado sistema de transporte público que incluye "El Metro de Kiev"
Mi trabajo aquí está llegando a su fin....
Las modificaciones en el software de la compañía textil más impresionante de la Europa del este, cuyo nombre omito por razones obvias de seguridad, ya han terminado prácticamente...
En unos días volveré a casa.
Cada tarde de cada día, cuando va oscureciendo, cansado, agotado incluso, vuelvo a casa en el metro de Kiev.
(El Metro de Kiev es un sistema de ferrocarril metropolitano que constituye el principal medio de transporte público de Kiev. Fue el primer metro construido en Ucrania y el tercero en la URSS, después de Moscú y Leningrado (actualmente San Petersburgo). El metro de Kiev traslada a más de 1 millon de pasajeros diarios, representando el 42.5% de los 3 millones de personas que utilizan el sistema del transporte público de la ciudad en un día)
La estación 76 me lleva directo a la 25, donde, aunque distante aún de casa, termino mi trayecto.
En la misma estación tomo un perrito caliente y mientras me siento a descansar veo gente pasar y cruzar.
Cada persona es diferente, cada vida, a pesar de la igualdad aparente, en la intimidad, en las cosas pequeñas pero súper importantes, cada persona es absolutamente desigual al resto... esto es precisamente lo que me encanta de la vida.
Es una estación grande y me gusta porque en algún momento, cierro los ojos y tengo la sensación de estar en una plaza de España, donde se pasea mientras se admiran en tiendecitas los trabajos manuales de algunos artesanos, aunque confieso que cada día vengo aquí porque lo que más me gusta es oír la música de Ana... sus acordes, las notas, el compás, la suavidad y la sensibilidad sublime que utiliza cuando tañe las cuerdas de su violín es, no me cabe la menor duda, este es el mejor momento de mi largo y solitario día ¡¡¡
No es exáctamente una música relajante, no sabría yo encajarla en ningún género musical concreto, sin embargo, si prestas la atención debida, si te sientes capaz de dejar de mirarla para verla, entenderás entonces que a través de sus melodías que acompaña magistralmente con graciosos gestos te conducen por un camino habitualmente inexplorado e incluso temeroso o temerario, hacia una especie de tranquilidad interior que nada ni nadie antes había conseguido darme.
Cuando hay público no me importa esperar más de lo habitual, después recoge su violín y juntos marchamos a casa.
La conocí el segundo día de mi llegada, esa noche seguí el mismo ritual de siempre y allí estaba ella, en la estación 25.
Al día siguiente me despertó la misma melodía que salía del piso del al lado, así que con mi café despertador me senté en el rellano de la planta de pisos donde duermo y seguí escuchando... no necesité que nadie me dijera que se trataba de la misma persona, del mismo violín, de Ana.
Lo siguiente sólo es importante para mi...
Quizá simplemente de un momento particular, de un instante en el que directamente, vemos las cosas con los ojos del alma.
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Kiev es la capital y mayor ciudad de Ucrania, con una población de aproximadamente 2,8 millones de habitantes y un importante centro industrial, científico, educativo y cultural de Europa del Este.
Es sede de muchas industrias de alta tecnología, instituciones educativas y de famosos monumentos históricos.
La ciudad cuenta con una amplia infraestructura y un altamente desarrollado sistema de transporte público que incluye "El Metro de Kiev"
Mi trabajo aquí está llegando a su fin....
Las modificaciones en el software de la compañía textil más impresionante de la Europa del este, cuyo nombre omito por razones obvias de seguridad, ya han terminado prácticamente...
En unos días volveré a casa.
Cada tarde de cada día, cuando va oscureciendo, cansado, agotado incluso, vuelvo a casa en el metro de Kiev.
(El Metro de Kiev es un sistema de ferrocarril metropolitano que constituye el principal medio de transporte público de Kiev. Fue el primer metro construido en Ucrania y el tercero en la URSS, después de Moscú y Leningrado (actualmente San Petersburgo). El metro de Kiev traslada a más de 1 millon de pasajeros diarios, representando el 42.5% de los 3 millones de personas que utilizan el sistema del transporte público de la ciudad en un día)
La estación 76 me lleva directo a la 25, donde, aunque distante aún de casa, termino mi trayecto.
En la misma estación tomo un perrito caliente y mientras me siento a descansar veo gente pasar y cruzar.
Cada persona es diferente, cada vida, a pesar de la igualdad aparente, en la intimidad, en las cosas pequeñas pero súper importantes, cada persona es absolutamente desigual al resto... esto es precisamente lo que me encanta de la vida.
Es una estación grande y me gusta porque en algún momento, cierro los ojos y tengo la sensación de estar en una plaza de España, donde se pasea mientras se admiran en tiendecitas los trabajos manuales de algunos artesanos, aunque confieso que cada día vengo aquí porque lo que más me gusta es oír la música de Ana... sus acordes, las notas, el compás, la suavidad y la sensibilidad sublime que utiliza cuando tañe las cuerdas de su violín es, no me cabe la menor duda, este es el mejor momento de mi largo y solitario día ¡¡¡
No es exáctamente una música relajante, no sabría yo encajarla en ningún género musical concreto, sin embargo, si prestas la atención debida, si te sientes capaz de dejar de mirarla para verla, entenderás entonces que a través de sus melodías que acompaña magistralmente con graciosos gestos te conducen por un camino habitualmente inexplorado e incluso temeroso o temerario, hacia una especie de tranquilidad interior que nada ni nadie antes había conseguido darme.
Cuando hay público no me importa esperar más de lo habitual, después recoge su violín y juntos marchamos a casa.
La conocí el segundo día de mi llegada, esa noche seguí el mismo ritual de siempre y allí estaba ella, en la estación 25.
Al día siguiente me despertó la misma melodía que salía del piso del al lado, así que con mi café despertador me senté en el rellano de la planta de pisos donde duermo y seguí escuchando... no necesité que nadie me dijera que se trataba de la misma persona, del mismo violín, de Ana.
Lo siguiente sólo es importante para mi...
A partir de entonces cada día, después de tantas horas de ajustes de microchip, de programación de bit, de idiomas complejos informáticos para gente loca como yo, lo más importante es siempre el momento en que vuelvo a subir en el metro de Kiev, en la estación 25 y después de algunos minutos de espera, volver a casa dando un largo paseo con ella.
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