viernes, 12 de enero de 2018

La única oportunidad...

Cada día, cuando dan las cinco en punto, a pesar del tiempo transcurrido, la recuerdo como si aquella historia hubiese ocurrido hoy. Quizá y para hacerme entender, debería comenzar por el principio...

UNA ÚNICA OPORTUNIDAD

Oxford es una de las ciudades universitarias más famosas Y CONOCIDAS, está en Inglaterra.
Tiene el honor de albergar la universidad anglófona más antigua del mundo que ha condicionado a una bonita ciudad de 150.000 habitantes. Todo gira en torno a ella.

A mi me gusta más el sobrenombre con el que se la conoce "La ciudad de las agujas de ensueño", porque describe abstractamente la armonía en la arquitectura de los edificios universitarios, donde, por una azar del destino, desempeño mi trabajo como profesor desde hace algunos años.

De todos es conocido que, a la cinco en punto, todos los ingleses y extranjeros que se han adaptado a las costumbres del país, hacen una pequeña parada, un descanso, un argumento para distraer la mente de las tareas cotidianas y tomar una taza de te caliente mientras se mantienen alguna interesante conversación....

A esa hora, entonces, la biblioteca se quedaba prácticamente vacía, excepto, aquellos días en los que yo acudía por algún motivo, o incluso sin él, buscando tranquilidad donde preparar mis clases para el siguiente semestre...
  
Es importante que sepáis que la arquitectura medieval se clasifica en tres períodos, el Bizantino, el Románico y el Gótico.

Cada período resalta por las características de las edificaciones.

En el Bizantino se presenta como gran aporte el empleo de cubiertas curvas sobre un espacio cuadrado mediante la utilización de pechinas en las columnas.

En el Románico, destaca el pilar compuesto y de núcleo prismático, el arco de medio punto, la cubierta de bóveda de medio cañón y de arista.

En el gótico, aunque la arquitectura siguiera sujeta a reglas básicas de geometría, los edificios se liberan del rigor racional anterior, las  estructuras son más libres y espontáneas, clasificándolas  como un organismo vivo que crece hacia el sol.

Es importante porque sólo si eres capaz de percibir la hermosura que existe en el arte de la arquitectura, de líneas armónicas, de dulzura en la curvatura de los arcos de medio punto, si puedes percibir los minúsculos brotes de las corrientes de aire que acarician la piedra esculpida y que llega a tu rostro y que respiras en cualquier rincón de estas enormes obras de arte arquitectónicas...  sólo así podrás comprender el halo de resplandor que desprende cada uno de los frágiles y sutiles movimientos que hacen aún más hermosa la belleza de Luz María.


Mis tardes casuales en la biblioteca se convirtieron en visitas continuas, porque allí estaba ella... los minutos, durante la espera, mientras llegaba, parecían interminables y aunque lo intentaba con todas las fuerzas, no podía concentrarme en el trabajo hasta que no aparecía, entonces y sólo entonces, de repente todo cambiaba y algo que, hasta el momento nunca experimenté, algo nuevo fluía libremente y recorría mi mente y mi cuerpo a toda velocidad.

Dulce amor, sensación divina.... embrujo cautivo que, a veces, te arranca una parte, te divide por dos, te va apagando en el silencio de las palabras y las conversaciones vacías y en soledad.   

Tan sólo unos metros, unas mesas nos separaban  durante aquellos emocionantes y sobrecogedores meses en los que no podía dejar de observarla hasta que, casualmente, nuestras miradas se cruzaban alimentando así nuevas sensaciones.

Nunca fui capaz de acercarme a ella, nunca me atreví.

Una tarde más, mientras llovía, llegaron y pasaron las cinco y después de esperar comenzaron a llegar personas y más personas que llegaron y pasaron pero ella nunca más volvió. 

Algunos meses después me sorprendió verla en alguna revista importante de moda donde triunfaría por ser la primera persona en integrar las delicadas y bellas formas arquitectónicas en prendas de vestir para gente diferente, personas como nosotros los abotonados, aunque esto sólo sería el primer paso en una carrera meteórica hacia la cumbre de la fama en el mundo de la música y la composición.

Ahora con algunos años por medio, después de muchos semestres en la biblioteca, tras haber cruzado algunas miradas con otras personas soy consciente de que en determinadas cosas sólo se tiene una oportunidad, la única oportunidad.

Aquél semestre de sensaciones maravillosamente amargas pasó para siempre... 

Luz María y aquél tiempo en "La ciudad de las agujas de ensueño", fueron los meses de vi mida más emocionantes que puedo recordar pero... como un ingenuo imbécil, sin darme cuenta, dejé pasar mi única oportunidad.














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